La telaraña de Carlota

7 05 2007

latelarañadecarlotaTítulo original: Charlotte’s Web.
Nacionalidad: USA.
Año: 2006.
Duración: 97 min.
Dirección: Gary Winick.
Guión: Susannah Grant y Karey Kirkpatrick; basado en el libro de E.B. White.
Intérpretes: Dakota Fanning (Fern Arable), Gary Basaraba (Sr. Zuckerman), Siobban Fallon Hogan (Sra. Zuckerman), Kevin Anderson (Sr. Arable), Beau Bridges (Dr. Dorian).
Doblaje original: Julia Roberts (Carlota), Steve Buscemi (Templeton), John Cleese (Samuel), Oprah Winfrey (Gussy), Thomas Haden Church (Brooks), Robert Redford (Ike), Kathy Bates (Bitsy).
Producción: Jordan Kerner.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Seamus McGarvey.
Montaje: Susan Littenberg y Sabrina Plisco.
Diseño de producción: Stuart Wurtzel.

Es la segunda vez que se lleva al cine el famoso libro del neoyorquino E. B. White, tras la adaptación que se hizo allá por 1973, aunque en aquél caso, era enteramente de animación. En esta ocasión, se mezcla la imagen real con imágenes de animales generados por ordenador. Éstas se emplean para aquellas escenas en las que los bichejos no se sentían colaboradores; por ejemplo, cuando el cerdito protagonista, Wilbur, tiene que romper una cerca con la cara, que eso no lo ponía el contrato.

Fern (Dakota Fanning) vive con sus padres y su hermano en una granja, y, cuando su padre decide sacrificar a uno de los cerditos recién nacidos porque su madre no puede alimentarlos a todos, ella promete cuidarlo. Sin embargo, cuando Wilbur empieza a crecer, ha de llevarlo a vivir en un establo cercano, donde el tocinete acabará haciendo amistad con los demás animales, sobre todo con la araña Carlota. Todos juntos intentarán evitar que Wilbur sea sacrificado por Navidad.

No hay que olvidar que ante todo, La telaraña de Carlota está especialmente dedicada al público infantil. Sin embargo, a diferencia de aquí, que tendemos a tratar a los niños como si fueran idiotas, en esta cinta se introducen conceptos tan «adultos» como la muerte, la crueldad de la vida, o la volubilidad del carácter humano. Eso sí, siempre desde un punto de vista muy light, que tampoco es cuestión de pisotear la inocencia de los más jóvenes.

El guión no es malo, si bien no está del todo pulido. Así, personajes aparentemente importantes como el de Dakota, de repente desaparecen casi por completo, para luego intentar cerrar la trama de forma un poco torpe sacándole un noviete de la manga. Tampoco llega a la identificación plena con los animalillos, porque la evolución de algunos de ellos no es del todo creíble: se ha puesto más empeño en que resulten «monos» ante la cámara que interesantes para el espectador. En este sentido, llama la atención con qué espectacularidad visual se han diseñado ciertas secuencias, sobre todo las de Carlota tejiendo su red: giros de cámara, ángulos imposibles, zooms vertiginosos… incluso atravesando gotas de rocío de la tela. Más que un cuento, por momentos parece una pesadilla de Peter Parker.

Es más, viendo la capacidad técnica que esta película demuestra para dotar de expresividad a los bichejos (incluídas las arañas peludas), estoy por pensar que aún hay esperanza para actores como Clive Owen.

De todas formas, me imagino que los niños disfrutarán con las aventuras y desventuras de Wilbur (que, a decir verdad, al final resulta ser el que menos hace por cambiar su destino), e incluso puede que echen una lagrimita con la araña. Eso sí, si llevan a sus hijos al cine, luego no se me quejen de que ya no le comen como antes el bacon.

Valoración: regular.

Ficha en IMDB.

Web oficial en español.