Título original: Juno.
Nacionalidad: USA.
Año: 2007.
Duración: 96 min.
Dirección: Jason Reitman.
Guión: Diablo Cody.
Intérpretes: Ellen Page (Juno), Michael Cera (Bleeker), Jennifer Garner (Vanessa Loring), Jason Bateman (Mark Loring), Allison Janney (Bren), J.K. Simmons (Mac), Olivia Thirlby (Leah), Eileen Pedde (Gerta Rauss), Rainn Wilson (Rollo), Daniel Clark (Steve Rendazo), Aman Johal (Vijay).
Producción: Lianne Halfon, John Malkovich, Mason Novick y Russell Smith.
Música: Mateo Messina.
Fotografía: Eric Steelberg.
Montaje: Dana E. Glauberman.
Diseño de producción: Steve Saklad.
Por méritos propios, Juno se ha convertido en la outsider de los Oscars, como ya lo hiciera Pequeña Miss Sunshine el año pasado, también bajo la forma de una comedia dramática, si bien es verdad que no llega a su misma altura.
Juno (Ellen Page) es una chica de 16 años que, tras practicar el sexo con su novio/amigo/compañero Bleeker (Michael Cera), se queda embarazada. Al principio decide abortar, pero la clínica le provoca bastante mal rollito, con lo que decide tenerlo, y darlo en adopción a una pareja modelo formada por Vanessa (Jennifer Garner) y Mark Loring (Jason Bateman), con el visto bueno del padre de Juno, el ex-militar Mac MacGuff (J. K. Simmons) y su madrastra Bren (Allison Janney).
Al frente de la película está Jason Reitman, cuya anterior película, Gracias por fumar, era una crítica inteligente y ácida sobre el mundo del tabaco (y fíjense que digo «sobre» y no directamente «contra»). Sin duda, Juno es bastante menos mordaz, convirtiéndose en una cinta esencialmente amable, aunque verse sobre un tema a priori tan delicado como es un embarazo no deseado en la delicada fase de la adolescencia.
El guión corre a cargo de Diablo Cody, que ha pasado de stripper a solicitada guionista (su blog de MySpace tiene bastante éxito, por cierto), y está repleto de buenas intenciones, al estilo de otras comedias como Amelie, aunque bastante más procaz en su lenguaje que la cinta francesa. Eso sí, sin haber visto la versión original, es difícil saber cuántas de esas expresiones proceden del guión y cuántas de las peculiares adaptaciones que hacemos aquí. Se le puede achacar, sin embargo, que algunos personajes que debieran ser más importantes no están tratados con demasiado esmero. Por ejemplo, cabría esperar que Bleeker (el padre del bebé), tuviese algo más de peso en la trama, o que se explorara algo más su relación con Juno. Tampoco deja de resultar sorprendente que un ex-militar se tome con tanta tranquilidad que su hija de 16 años esté embarazada, pero, como ya digo, todos los personajes resultan ser tremendamente positivos.
Y es que, en realidad, pocos atisbos hay de conflicto dramático, y tampoco hay una gran evolución de los personajes: a lo más que llegan algunos es a replantearse sus sentimientos. El hecho de quedarse embarazada tan joven no parece tener ninguna influencia (ni mala ni buena) en la vida de la protagonista, más allá de la molestia de que no le valga la talla 34 de Zara, y tener que sujetarse la barriga al sentarse. Eso sí, justo es reconocer que, entre el tono tan liviano por el que transcurre la peli, Diablo Cody se las apaña para conseguir un par de momentos verdaderamente tiernos que no desvelaré aquí, pero que reconocerán fácilmente.
La otra gran baza es la interpretativa. Todos los actores y actrices brillan a gran nivel, consiguiendo que sus personajes, por muy peculiares que sean, se conviertan en naturales e incluso entrañables. No obstante, a veces se cargan las tintas algo más de lo necesario en las expresiones barriobajeras de Juno para remarcar más profundamente la fractura social que la separa de la pudiente pareja formada por Mark y Vanessa. Aún así, el talento y la dulzura que desprende Ellen Page (quizás sobre todo conocida por su inquietante papel en Hard Candy) se bastan y se sobran para eclipsar cualquier otra cosa en la pantalla. Ellen Page (que cumplirá la semana que viene 21 años) tiene ese físico que le permite resultar adorable en cualquier papel, y no desentona aunque haga de alguien bastante más joven, como pasa con Alison Lohman. Evidentemente, lo tiene casi imposible para llevarse la estatuilla a mejor actriz, donde Julie Christie y Marion Cotillard brillan sobre todas las demás, pero no sería tan descabellado que la Academia se dejase embaucar por su encanto.
Juno es una comedia fresca y simpática, de las que logra mantener la sonrisa del espectador durante todo su metraje, y si bien no reviste la misma carga de profundidad de otras obras como las anteriormente mencionadas, no cabe duda de que es una alternativa digna y agradable, además de resultar un sorprendente debut de Diablo Cody como guionista. Pero eso sí, recuerden que, en general, los embarazos no resultan tan agradables, ni se resuelven en hora y media. Cualquier parecido con la realidad…
Valoración: buena.
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