Juno

17 02 2008

JunoTítulo original: Juno.
Nacionalidad: USA.
Año: 2007.
Duración: 96 min.
Dirección: Jason Reitman.
Guión: Diablo Cody.
Intérpretes: Ellen Page (Juno), Michael Cera (Bleeker), Jennifer Garner (Vanessa Loring), Jason Bateman (Mark Loring), Allison Janney (Bren), J.K. Simmons (Mac), Olivia Thirlby (Leah), Eileen Pedde (Gerta Rauss), Rainn Wilson (Rollo), Daniel Clark (Steve Rendazo), Aman Johal (Vijay).
Producción: Lianne Halfon, John Malkovich, Mason Novick y Russell Smith.
Música: Mateo Messina.
Fotografía: Eric Steelberg.
Montaje: Dana E. Glauberman.
Diseño de producción: Steve Saklad.

Por méritos propios, Juno se ha convertido en la outsider de los Oscars, como ya lo hiciera Pequeña Miss Sunshine el año pasado, también bajo la forma de una comedia dramática, si bien es verdad que no llega a su misma altura.

Juno (Ellen Page) es una chica de 16 años que, tras practicar el sexo con su novio/amigo/compañero Bleeker (Michael Cera), se queda embarazada. Al principio decide abortar, pero la clínica le provoca bastante mal rollito, con lo que decide tenerlo, y darlo en adopción a una pareja modelo formada por Vanessa (Jennifer Garner) y Mark Loring (Jason Bateman), con el visto bueno del padre de Juno, el ex-militar Mac MacGuff (J. K. Simmons) y su madrastra Bren (Allison Janney).

Al frente de la película está Jason Reitman, cuya anterior película, Gracias por fumar, era una crítica inteligente y ácida sobre el mundo del tabaco (y fíjense que digo «sobre» y no directamente «contra»). Sin duda, Juno es bastante menos mordaz, convirtiéndose en una cinta esencialmente amable, aunque verse sobre un tema a priori tan delicado como es un embarazo no deseado en la delicada fase de la adolescencia.

El guión corre a cargo de Diablo Cody, que ha pasado de stripper a solicitada guionista (su blog de MySpace tiene bastante éxito, por cierto), y está repleto de buenas intenciones, al estilo de otras comedias como Amelie, aunque bastante más procaz en su lenguaje que la cinta francesa. Eso sí, sin haber visto la versión original, es difícil saber cuántas de esas expresiones proceden del guión y cuántas de las peculiares adaptaciones que hacemos aquí. Se le puede achacar, sin embargo, que algunos personajes que debieran ser más importantes no están tratados con demasiado esmero. Por ejemplo, cabría esperar que Bleeker (el padre del bebé), tuviese algo más de peso en la trama, o que se explorara algo más su relación con Juno. Tampoco deja de resultar sorprendente que un ex-militar se tome con tanta tranquilidad que su hija de 16 años esté embarazada, pero, como ya digo, todos los personajes resultan ser tremendamente positivos.

Y es que, en realidad, pocos atisbos hay de conflicto dramático, y tampoco hay una gran evolución de los personajes: a lo más que llegan algunos es a replantearse sus sentimientos. El hecho de quedarse embarazada tan joven no parece tener ninguna influencia (ni mala ni buena) en la vida de la protagonista, más allá de la molestia de que no le valga la talla 34 de Zara, y tener que sujetarse la barriga al sentarse. Eso sí, justo es reconocer que, entre el tono tan liviano por el que transcurre la peli, Diablo Cody se las apaña para conseguir un par de momentos verdaderamente tiernos que no desvelaré aquí, pero que reconocerán fácilmente.

La otra gran baza es la interpretativa. Todos los actores y actrices brillan a gran nivel, consiguiendo que sus personajes, por muy peculiares que sean, se conviertan en naturales e incluso entrañables. No obstante, a veces se cargan las tintas algo más de lo necesario en las expresiones barriobajeras de Juno para remarcar más profundamente la fractura social que la separa de la pudiente pareja formada por Mark y Vanessa. Aún así, el talento y la dulzura que desprende Ellen Page (quizás sobre todo conocida por su inquietante papel en Hard Candy) se bastan y se sobran para eclipsar cualquier otra cosa en la pantalla. Ellen Page (que cumplirá la semana que viene 21 años) tiene ese físico que le permite resultar adorable en cualquier papel, y no desentona aunque haga de alguien bastante más joven, como pasa con Alison Lohman. Evidentemente, lo tiene casi imposible para llevarse la estatuilla a mejor actriz, donde Julie Christie y Marion Cotillard brillan sobre todas las demás, pero no sería tan descabellado que la Academia se dejase embaucar por su encanto.

Juno es una comedia fresca y simpática, de las que logra mantener la sonrisa del espectador durante todo su metraje, y si bien no reviste la misma carga de profundidad de otras obras como las anteriormente mencionadas, no cabe duda de que es una alternativa digna y agradable, además de resultar un sorprendente debut de Diablo Cody como guionista. Pero eso sí, recuerden que, en general, los embarazos no resultan tan agradables, ni se resuelven en hora y media. Cualquier parecido con la realidad…

Valoración: buena.

Ficha en IMDb.

Web oficial en español.





Patinazo a la gloria

19 09 2007

patinazoalagloriaTítulo original: Blades of Glory.
Nacionalidad: USA.
Año: 2007.
Duración: 93 min.
Dirección: Will Speck y Josh Gordon.
Guión: Jeff Cox, Craig Cox, John Altschuler y Dave Krinsky; basado en un argumento de Busy Philipps.
Intérpretes: Will Ferrell (Chazz Michael Michaels), Jon Heder (Jimmy MacElroy), Will Arnett (Stranz Van Waldenberg), Amy Poehler (Fairchild Van Waldenberg), William Fichtner (Darren MacElroy), Jenna Fischer (Katie Van Waldenberg), Craig T. Nelson (entrenador).
Producción: Ben Stiller, John Jacobs y Stuart Cornfeld.
Música: Theodore Shapiro.
Fotografía: Stefan Czapsky.
Montaje: Richard Pearson.
Diseño de producción: Stephen Lineweaver.

Cerca de 145 millones de dólares ha recaudado en todo el mundo la última comedia de Will Ferrell, uno de los actores que más tirón parecen tener entre el público USAmericano: como muestra, de esos 145 millones, casi 120 provienen del Nuevo Mundo. Su gran taquillazo anterior, Pasado de vueltas, parodiaba las carreras Nascar, y ahora, sigue el mismo camino, pero con el patinaje artístico.

Chazz Michael Michaels (Will Ferrell) y Jimmy MacElroy (Jon Heder) son los mejores patinadores del momento, pero no pueden soportarse el uno al otro, con lo que acabarán peleando en plena competición individual y serán condenados a no poder volver al patinaje artístico jamás. Sin embargo, aprovechando un agujero legal del reglamento, volverán a la alta competición formando pareja, con lo que tendrán que aparcar enemistades y prejuicios, sobre todo, si quieren vencer a la imbatible pareja formada por los hermanos Stranz y Fairchild Van Waldenberg (Will Arnett y Amy Poehler).

Como se podrán imaginar, el 90% del humor de la película se basa en la incomodidad de dos hombres muy hombres (uno es incluso adicto al sexo) para competir como pareja de patinaje. El otro 10% se basa en caídas y algún chispazo de ingenio de Will Ferrell, si bien no hay muchos momentos que resulten divertidos de verdad.

Quizás lo mejor de todo es que, con alguna salvedad, los números de patinaje están bastante logrados, y no “cantan” demasiado los trucos empleados para convertir a Ferrell y a Heder en patinadores estrella. Además, la música de dichos números consta de gente como Aerosmith o Queen, lo que siempre es un punto favorable.

Los actores están al nivel que se les supone en este tipo de comedias, y en general, todos se preocupan bastante de no restarle protagonismo a Ferrell, que no resulta demasiado cargante a pesar de que su personaje pasa en un instante de ser el “malo” a ser sólo un gamberrete simpático víctima de sus traumas. Heder, sin hacer nada del otro mundo, tiene un físico suficientemente peculiar para darle a su compañero de reparto la réplica adecuada. Sí que se desaprovechan algo las posibilidades de Craig T. Nelson (parodiando a su ya mítico personaje de Entrenador) o William Fitchner, pero esto es lo que hay.

Me imagino que los aficionados más familiarizados con este deporte serán capaces de apreciar mejor la crítica al patinaje artístico (si la hay, que yo no lo sé) y los cameos de famosos que salen, aunque ninguno sea especialmente divertido. Los demás se reirán más o menos, dependiendo de lo que les guste el humor de Ferrell. Y de lo bien que lleven el ver muchos hombres en mallas, claro.

Valoración: regular.

Ficha en IMDb.

Web oficial en español.





Black Snake Moan

10 07 2007

blacksnakemoanTítulo original: Black Snake Moan.
Nacionalidad: USA.
Año: 2006.
Duración: 116 min.
Dirección: Craig Brewer.
Guión: Craig Brewer.
Intérpretes: Samuel L. Jackson (Lazarus), Christina Ricci (Rae), Justin Timberlake (Ronnie), S. Epatha Merkerson (Angela), John Cothran Jr. (predicador R.L.), Michael Raymond-James (Gil), Kim Richards (Sandy), David Banner (Tehronne), Adriane Lenox (Rose Woods), Neimus K. Williams (Lincoln).
Producción: John Singleton y Stephanie Allain.
Música: Scott Bomar.
Fotografía: Amelia Vincent.
Montaje: Billy Fox.
Diseño de producción: Keith Brian Burns.

Los fans de Christina Ricci están de enhorabuena: ¡ya no tendrán que tragarse Prozac Nation para verla como Dios la trajo al mundo! En Black Snake Moan, la buena de Christina demuestra a las claras lo que una dieta adecuada, combinada con un sabio bisturí, pueden hacer por nosotros. Eso sí, sería injusto no reconocer que la película escrita y dirigida por Craig Brewer tiene algún mérito más que el simple hecho de que la amiga de Casper se pasee escasita de ropa durante las dos horillas de metraje.

Lazarus (Samuel L. Jackson) es un guitarrista de blues al que su mujer ha dejado por otro hombre más joven. Rae (Christina Ricci) es famosa en el pueblo por su ninfomanía, que le hace echarse en brazos de cualquiera, pero que está enamorada de Ronnie (Justin Timberlake), el cual tiene que irse al ejército. Los destinos de Lazarus y Rae se cruzan cuando ésta, presa de uno de sus ataques, abusa de las drogas, y acaba tirada en una cuneta, medio desnuda, y víctima de una paliza. Lazarus, pensando que es una prueba divina, decide cuidar de ella, aunque sea encadenándola a su radiador.

Como pueden ver, tanto la historia como los personajes son un poco surrealistas, lo que no quiere decir que la trama no funciones. Lo hace, y se deja ver con agrado, ya que a pesar de su escabroso principio, hay varios toques de humor que sobre todo vienen de juntar a dos personas que, a pesar de vivir en el mismo pueblo, queda claro que no pertenecen al mismo mundo, más allá de su diferente color de piel.

Tanto Lazarus como Rae acaban comprendiendo que la mayor necesidad que tienen es de amor, si bien cada uno le da rienda suelta a su falta de cariño de distinta manera: Lazarus toca su guitarra y canta, y Rae sucumbe a su furor uterino. Todo esto convenientemente amenizado por blues, mucho blues, a cargo del propio Sam Jackson, que incluso aprendió a tocar la guitarra para su papel, y que sin duda, realiza una gran interpretación.

Christina Ricci no lo hace mal, aunque muchas veces cuesta distinguir sus subidones de líbido de un apretón, en vista del mucho tiempo que pasa retorciéndose; eso sí, la ropa que lleva su personaje es suya propia, o bien elegida por ella, que no es como aprender a tocar la guitarra, pero ya es una aportación. El personaje de Justin Timberlake no tiene mucho desarrollo dramático, y se resiente de ello, pero no lastra la película, y puede que corra mejor suerte que otros cantantes metidos a actores, si se lo sigue tomando en serio.

Quizás rechina un poco sobre el conjunto que una historia tan extraña acabe resolviéndose por vericuetos tan tradicionales, y además de forma tan rápida y poco traumática para lo esperable, aunque es de suponer que el mensaje que quería transmitir Brewer era precisamente esperanzador. Aún así, Black Snake Moan se deja ver con agrado, y no creo que haga falta que pongan cadenas en las salas de cine para que la gente no se vaya. Si acaso, algún bozal.

Valoración: buena.

Ficha en IMDB.

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La marca del lobo

11 06 2007

lamarcadelloboTítulo original: Blood & Chocolate.
Nacionalidad: Reino Unido, Alemania, Rumanía y USA.
Año: 2007.
Duración: 98 min.
Dirección: Katja von Garnier.
Guión: Ehren Kruger y Christopher Landon; basado en el libro de Annette Curtis Klause.
Intérpretes: Agnes Bruckner (Vivian Gandillon), Hugh Dancy (Aiden Galvin), Olivier Martinez (Gabriel), Bryan Dick (Rafe), Katja Riemann (Astrid), Tom Harper (Gregor), John Kerr (Finn), Jack Wilson (Willem).
Producción: Hawk Koch, Richard Wright, Wolfgang Esenwein, Tom Rosenberg y Gary Lucchesi.
Música: Johnny Klimek y Reinhold Heil.
Fotografía: Brendan Galvin.
Montaje: Martin Walsh y Emma Hickox.
Diseño de producción: Kevin Phipps.

Si van ustedes a Bucarest, tengan dos cosas claras para identificar hombres-lobo: una, van vestidos muy cool; y dos, se pasan el día dando saltos. Yo creo que con eso ya deberían saber dónde se meten. No como yo, que no lo supe hasta que fue demasiado tarde, y me vi La marca del lobo.

Vivian (Agnes Bruckner) es una joven americana y residente en Bucarest que un buen día conoce a Aiden (Hugh Dancy), un dibujante también americano que está buscando información para su nueva novela gráfica, que trata sobre licántropos. La cosa es que empiezan a hacerse carantoñas, y se enamoran, lo que Gabriel (Olivier Martinez) no ve con buenos ojos, ya que él es el líder de la manada de hombres-lobo a la que Vivian pertenece, así que manda a su hijo Rafe (Bryan Dick), con un parecido a Enrique Bunbury más que notable, darle una “advertencia” poco amistosa.

Eso a grandes rasgos. A pequeños, sin embargo, es aún es más simple. A saber, durante los 98 minutos que dura esto, hay unas pocas cosas que se repiten constantemente. Chica corriendo. Chica conoce chico. Se enamoran. Persecución por el bosque. Lobos corriendo en cámara lenta. Amenazas. Más saltos. Pelea. Algún salto más. Nueva persecución por el bosque. Más lobos corriendo en cámara lenta. Más pelea. Más carreras y saltos. Tiroteo. Más pelea. Saltos. Explosiones. Frase lapidaria, y todos a sus casas.

Esta originalidad se ve convenientemente aderezada por unos personajes con la profundidad de una servilleta, y con bastante menos utilidad que ésta, una trama con menos tensión que el BOE, un montaje absolutamente desastroso y unos efectos especiales de sonrojo: las transformaciones se solventan con un simple resplandor de luz, y ahí tenemos unos lobos corriendo.

Agnes Bruckner, tan guapa como insulsa. Hugh Dancy, sube de nivel: pasa de disparar a perros a disparar a lobos. Olivier Martinez, mejor como lobo que como humano. Y así en general.

Un auténtico desastre. Aburrida, lenta, apática, como hecha sin ganas. Y encima con un título original feísimo. Para ver lobos, mejor repasarse los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente.

Valoración: pésima.

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Ellas & Ellos

23 05 2007

ellasyellosTítulo original: Trust the Man.
Nacionalidad: USA.
Año: 2005.
Duración: 103 min.
Dirección: Bart Freundlich.
Guión: Bart Freundlich.
Intérpretes: David Duchovny (Tom), Julianne Moore (Rebecca), Billy Crudup (Tobey), Maggie Gyllenhaal (Eleine), Eva Mendes (Faith), Ellen Barkin (Norah), Garry Shandling (Dr. Beekman), James LeGros (Dante), Dagmara Dominczyk (Pamela), Glenn Fitzgerald (Goren), Justin Bartha (Jasper).
Producción: Sidney Kimmel, Bart Freundlinch y Tim Perell.
Música: Clint Mansell.
Fotografía: Tim Orr.
Montaje: John Gilroy.
Diseño de producción: Kevin Thompson.

Woody Allen tuvo en su momento la idea de analizar en sus películas, de forma más o menos divertida, las relaciones de pareja. En realidad, dentro de la comedia romántica, los problemas sentimentales son casi un género por sí mismo. Ellas & ellos pertenece a este subgrupo, claro que a mí me cuesta pensar que Allen decidiese elegir a David Duchovny para una de sus pelis.

En el fondo, Ellas & ellos nos cuenta una historia vista miles de veces: Tom, (David Duchovny), un ex-publicista y Rebecca (Julianne Moore), una actriz de éxito están felizmente casados y tienen dos hijos; el hermano de Rebecca, Tobey (Billy Crudup), que además es el mejor amigo de Tom, lleva siete años con Elaine (Maggie Gyllenhaal), que quiere escribir un libro para niños. Sin embargo, no todo es perfecto, porque mientras Tom parece querer sexo a todas horas, a Rebecca no le apetece nunca; y por el otro lado, Elaine sí que quiere tener sexo con Tobey, pero para satisfacer sus necesidades de tener un hijo.

Con estos precedentes, no es difícil imaginar que el lío estará pronto servido: las parejas empezarán a tener malos rollos entre ellos, y todo acabará en ruptura (el director Bart Freundlich, se encarga de remarcarlo de forma evidente haciendo el clima cada vez más desapacible), así que Tom y Tobey tendrán que apañárselas para recuperar a sus chicas. Por supuesto, al final descubrirán que están hechos los unos para los otros, que hay que ceder de cada parte para que funcione la pareja, y el verdadero significado de la Navidad.

Lo que pasa es que los personajes no están demasiado trabajados más allá de unos simples arquetipos, y la falta de encanto de la Moore, sumada a la capacidad interpretativa de Duchovny, similar a la de una nevera, hacen bastante poco interesante su parte de la peli. La pareja interpretada por Crudup y Gyllenhaal sí que está algo mejor, a pesar de que el perfil de ella se asemeje cada vez más a una S.

En realidad, hay algunas secuencias divertidas, y apunta diálogos interesantes, pero que jamás llegan a diseccionar con profundidad los sentimientos de los personajes: sin duda, el mayor fallo de Ellas & ellos, no es sólo la forma descarada en la que apunta a la parte masculina como la causante de todos los problemas (aunque siempre con capacidad de redención, como demuestra su título original Trust the Man), sino que nunca se decide si tirar por la vertiente dramática o por la cómica, y acaba siendo un batiburrillo no del todo coherente.

En fin, una mezcla extraña que tira por tierra cualquier intento de reflexión por querer darle el aire de comedia romántica hollywoodiense, que al fin y al cabo es lo que parece interesar por aquellos lares. Para los demás ya nos dejan el tema de la procreación.

Valoración: regular.

Ficha en IMDB.

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