La momia: La tumba del emperador Dragón

12 09 2008

lamomialatumbaTítulo original: The Mummy: Tomb of the Dragon Emperor.
Nacionalidad: Alemania, Canadá y USA.
Año: 2008.
Duración: 112 min.
Dirección: Rob Cohen.
Guión: Alfred Gough y Miles Millar.
Intérpretes: Brendan Fraser (Rick O’Connell), Jet Li (emperador Han), Maria Bello (Evelyn O’Connell), Luke Ford (Alex O’Connell), John Hannah (Jonathan), Michelle Yeoh (Zi Yuan), Isabella Leong (Lin), Russell Wong (Ming Guo), Chau Sang Anthony Wong (general Yang).
Producción: Sean Daniel, James Jacks, Stephen Sommers y Bob Ducsay.
Música: Randy Edelman.
Fotografía: Simon Duggan.
Montaje: Kelly Matsumoto y Joel Negron.
Diseño de producción: Nigel Phelps.

La Arqueología vuelve a pegar fuerte en pantalla: la cuarta entrega de Indiana Jones, esta tercera de las aventuras de la familia O’Conell… en fin, que Zahi Hawass debe tener las manos despellejadas de tanto frotárselas.

Varios años después de jugar al corre que te pillo con Imhotep, Rick (Brendan Fraser) y Evelyn (Maria Bello) se aburren como ostras en su mansión, alejados de la acción y de su hijo Alex (Luke Ford), ya convertido en un mocetón que ha cambiado los libros por el pico y la pala. En sus excavaciones, Alex descubre la tumba del sanguinario emperador Han (Jet Li), que por mor de los acontecimientos, revivirá para continuar su empeño de esclavizar al mundo entero, a pesar de la maldición invocada sobre él por la hermosa Zi Yuan (Michelle Yeoh). A la aventura también se unirán la valiente Lin (Isabella Leong) y el insufrible hermano de Eve, Jonathan (John Hannah).

Es cierto que hay que tomarse la película como lo que es: cine de consumo rápido, destinado a olvidarse a la misma velocidad a la que transcurre todo en pantalla (que es mucha). Pero incluso teniendo en cuenta que las dos partes anteriores tampoco resultaban gran cosa, da la impresión de que en esta se han esmerado aún menos. Y es que el creador de la saga y realizador anterior, Stephen Sommers, no debe tenerle mucho cariño a su invención para ponerla en las manos de Rob Cohen, que tiene serios problemas para rodar alguna escena de acción decente.

La sencilla trama es una mera excusa para presentar una persecución tras otra, con peleas y tiroteos varios, que se engarzan torpemente por medio de unos diálogos de auténtica lástima. Si sumamos a eso un penoso tratamiento de los personajes, y las punch lines con menos gracia que yo haya visto en años, pueden darse cuenta de por qué Rachel Weisz debió escapar espantada cuando leyó el guión. Imagínense cómo debe ser para lograr asustar a alguien que vive con Darren Aronofsky.

Brendan Fraser parece ser el único que se esfuerza en su papel, y sin brillar en exceso, consigue no parecer patético (al menos no todo el tiempo). Luke Ford, que se supone debería ser la alternativa a Fraser para continuar con las pelis, tiene el carisma de un mechero, así que mal futuro le aguarda. Jet Li y Michelle Yeoh le dan la clásica elegancia exótica al filme, aunque el primero ni siquiera tiene mucho rato para lucir su habilidad atlética.

Pero hay que destacar ante todo el dolor que causa ver a John Hannah, con un secundario aborrecible, y a Maria Bello, que se pasa toda la peli poniendo ojitos, y que debía estar intuyendo la que se le venía encima: si hablamos de personajes maltratados por el guión, sin duda el suyo se lleva la palma.

Afortunadamente, los ruidos de las explosiones copan casi todo el metraje, y no hay demasiado tiempo para pensar que en vez de en el cine se estaría mejor en casa haciendo la colada, con lo que el asunto no se hace del todo penoso, y se puede salir de la sala sin graves daños cerebrales. Por lo menos, tras sólo un visionado…

Valoración: regular.

Ficha en IMDb.

Web oficial en español.





Venganza

5 09 2008

venganzaTítulo original: Taken.
Nacionalidad: USA.
Año: 2008.
Duración: 93 min.
Dirección: Pierre Morel.
Guión: Luc Besson y Robert Mark Kamen.
Intérpretes: Liam Neeson (Bryan), Maggie Grace (Kim), Famke Janssen (Lenore), Xander Berkeley (Stuart), Leland Orser (Sam), Jon Gries (Casey), David Warshofsky (Bernie), Katie Cassidy (Amanda), Holly Valance (Sheerah), Nathan Rippy (Victor).
Producción: Luc Besson.
Música: Nathaniel Mechaly.
Fotografía: Michel Abramowicz.
Montaje: Frédéric Thoraval.
Diseño de producción: Hugues Tissandier.

Después de ser maestro Jedi o de haber enseñado artes marciales a Batman, no resulta extraño encontrarse con Liam Neeson repartiendo cera a criminales de todos los pelajes en esta producción francesa.

La cosa es que Bryan (Liam Neeson), separado a causa de su trabajo de su esposa Lenore (Famke Janssen), tiene una hija a la que adora sobre todas las cosas, Kim (Maggie Grace), que a sus 17 añitos decide irse con una amiga a seguir la gira europea de U2 (no se preocupen, no sale Bono ni ningún traje de músculos por ahí), con primera parada en París. Allí resulta que conocen a un guapo chico que en realidad es el gancho para una red de trata de blancas muy sórdida y muy siniestra, pero los secuestradores no cuentan con que al estar Luc Besson de por medio en guión y producción, Bryan resulta ser un antiguo espía con bastante mala leche y que da unas yoyas de espanto.

Realmente, Venganza (Taken en el original) es el típico telefilm que protagonizaría Steven Seagal si estuviese en disposición de realizar todavía alguna proeza física, como subirse al autobús y cosas similares. Como parece ser que no, Liam Neeson, Dios sabe por qué, se embarcó en este proyecto.

El único interés de la peli, aparte de lo bonito que es París (y lo poco que se aprovecha para mostrarlo) es ver la paliza que Neeson le va a pegar al siguiente maluto que se encuentre, y hay unos cuantos. Venganza pasa por todos los tópicos del género, incluyendo corruptelas varias, persecuciones en coche, tiroteos y golpes en la tráquea, que deben doler tela marinera. Eso sí, como el personaje de Kim está fatal escrito, y el de Bryan no es mucho mejor, nunca hay una verdadera tensión por conocer el destino de los protagonistas, y uno empieza a desear que encuentre a la hija de una vez y que por lo menos deje en pie la Torre Eiffel.

En cuanto a las interpretaciones, a la altura de lo que pide el guión, es decir, nada. Liam Neeson no tiene ni una escena para demostrar lo que vale, ni él parece interesado en que la hubiera, mientras que Famke Jannsen sale porque es mona. Hay que destacar ante todo el personaje de Maggie Grace: Kim resulta tan insufrible e idiota, que yo no sé si la Grace es una magnífica actriz o será así en la realidad. Como sea, parece que continúa interpretando el personaje de Perdidos. Y lo de que haga de adolescente, en fin, debe ser alguna broma privada de la cual no sabemos nada, porque clama al cielo.

Con todo, como dura «sólo» 93 minutos, y el ritmo es frenético, uno no se aburre demasiado, e incluso acaba haciéndole gracia esto del «ejército de un solo hombre». Y qué caray, los actores también tienen que comer.

Valoración: regular.

Ficha en IMDb.

Web oficial en español.





El Caballero Oscuro

20 08 2008

elcaballerooscuroTítulo original: The Dark Knight.
Nacionalidad: USA.
Año: 2008.
Duración: 152 min.
Dirección: Christopher Nolan.
Guión: Jonathan y Christopher Nolan; argumento de Christopher Nolan y David S. Goyer; personajes creados por Bob Kane.
Intérpretes: Christian Bale (Bruce Wayne/Batman), Michael Caine (Alfred), Heath Ledger (Joker), Gary Oldman (James Gordon), Aaron Eckhart (Harvey Dent), Maggie Gyllenhaal (Rachel Dawes), Morgan Freeman (Lucius Fox), Eric Roberts (Salvatore Maroni).
Producción: Charles Roven, Emma Thomas y Christopher Nolan.
Música: Hans Zimmer y James Newton Howard.
Fotografía: Wally Pfister.
Montaje: Lee Smith.
Diseño de producción: Nathan Crowley.

Al fin llegó la esperadísima segunda parte de este nuevo acercamiento a la figura de Batman que planteara Christopher Nolan con Batman Begins. Un «renacimiento» necesario a todas luces, ya que resultaría imposible encajar cualquiera de estas dos películas con la saga que Tim Burton comenzó, y que Joel Schumacher convirtiera en una especie de Moulin Rouge superheroico.

La historia, de manera muy resumida, cuenta el enfrentamiento de Bruce Wayne/Batman (Christian Bale) contra el crimen en Gotham, encabezado por la Mafia, y personificado entre otros en la figura de Salvatore Maroni (Eric Roberts). Con la ayuda del teniente Jim Gordon (Gary Oldman) y el nuevo e implacable fiscal del distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart), intentarán ahogar económicamente a Maroni y los suyos, lo que les lleva a «contratar» a un extraño tipo que dice ser capaz de matar a Batman y se hace llamar Joker (Heath Ledger), con funestas consecuencias para toda Gotham City.

Esta nueva entrega ha venido acompañada no sólo de una promoción espectacular (fíjense que ni siquiera ha necesitado llevar la palabra Batman en el título para que pueda ser identificada con más facilidad), sino de un entusiasmo generalizado en público y crítica, que rara vez van tan de la mano como en este caso. Se preguntarán: ¿es para tanto? Pues no del todo, la verdad.

Lo primero que se nota a la legua es el cambio de escala introducido por Nolan. Este Batman es más grande a todos los niveles: presupuesto, reparto… y sobre todo, metraje. Supera las dos horas y media, con lo que es muy recomendable ir al baño antes de entrar en la sala, sobre todo los más peques, que desoyendo la recomendación de edad, irán sin duda al cine «porque es una peli de superhéroes».

Sobre esto último, lo es y no lo es. Lo es porque salen Batman y el Joker, claro, pero poca más relación tiene con el género. Nolan, es de suponer que deliberadamente, ha elegido eliminar cualquier conexión con el universo de los tebeos, en los que a la gente se le vuelve el pelo verde y la piel blanca al caerse en un tanque de productos químicos o adquieren poderes porque les pica una araña radiactiva. Batman es un tipo «normal» con ciertos traumas y montones de recursos y el Joker tiene cicatrices en la cara y se pinta así para dar miedo. Si esto les parece propio de un universo extraño, recuerden que hay gente que se graba participando en orgías sexuales con iconografía nazi…

Esa opción de alejarse en lo posible de la fantasía, que no es mala en sí misma, a mi entender le roba algo de magia a los personajes. Para entendernos, Batman podría ir en chanclas y el Joker vestir de Armani, y la película seguiría los mismos cauces. Su imagen, en realidad, es accesoria a lo que ocurre en pantalla.

Y lo que ocurre es que, la película tiene un arranque potente y depara dos o tres secuencias muy buenas (en las que, curiosamente, siempre interviene Aaron Eckhart, verdadero motor de la trama), también cae en ciertos trucos del guión necesarios para que todo avance: un plan tan complicado de ejecutar que daría envidia al mismísimo Jigsaw, un aparato de sofisticadísima tecnología sin el cual Batman seguiría dando palos de ciego, un personaje que de repente cambia por completo… No impiden que se pueda disfrutar del visionado, pero afean un poco el conjunto. En ese sentido, la película se ralentiza demasiado justo antes de un final un tanto apresurado, y bastante carente de clímax, ya que el enfrentamiento final entre bueno y malo se solventa demasiado rápido.

En cuanto a las interpretaciones, todos cumplen con lo que les exige su papel. Bale está correcto, Eckhart no sólo tiene el mejor personaje de todos sino que roba todas las escenas en las que sale, y Morgan Freeman y Michael Caine salen para darle más clase al film. ¿Y qué pasa con la interpretación de Ledger? Pues con el doblaje que nos ha caído en gracia es muy difícil de saber. A algunos les caerá en gracia por su forma de escupir las palabras y de caminar encorvado, y a otros les pasará lo contrario por lo mismo. No sé si existe una manera «correcta» de interpretar a un personaje como el Joker, y desde luego, no existe comparación posible entre el de Nicholson y el de Ledger, porque los personajes son diametralmente opuestos. Dejémoslo en que cada uno es acorde con el tono de su película.

En resumen, El Caballero Oscuro es una película decididamente ambiciosa, intencionadamente adulta y forzosamente oscura, como se les supone a las segundas partes de las trilogías, con algunos fallos que no la defenestran, pero que empañan ligeramente su resultado global. Con todo, la diversión está asegurada.

Valoración: buena.

Ficha en IMDb.

Web oficial en español.





La niebla de Stephen King

12 06 2008

lanieblaTítulo original: The Mist.
Nacionalidad: USA.
Año: 2007.
Duración: 127 min.
Dirección: Frank Darabont.
Guión: Frank Darabont; basado en el relato de Stephen King.
Intérpretes: Thomas Jane (David Drayton), Marcia Gay Harden (Sra. Carmody), Laurie Holden (Amanda), Andre Braugher (Norton), Toby Jones (Ollie), Bill Sadler (Jim), Jeffrey DeMunn (Dan Miller), Frances Sternhagen (Irene), Alexa Davalos (Sally), Nathan Gamble (Billy Drayton).
Producción: Frank Darabont y Liz Glotzer.
Música: Mark Isham.
Fotografía: Rohn Schmidt.
Montaje: Hunter M. Via.
Diseño de producción: Gregory Melton.

No llevo la cuenta de la cantidad de adaptaciones que se han hecho de los relatos de Stephen King, pero deben constituir un número verdaderamente apreciable. A este ritmo, me imagino que dentro de no mucho tiempo, acabarán usando lo que escriba en sus e-mails personales o en sus cheques para conseguir inspiración.

La Niebla cuenta cómo David Drayton (Thomas Jane) junto con su hijo pequeño Billy (Nathan Gamble) han de unir fuerzas con el resto de compradores de un supermercado local en el que se ven encerrados debido a una extraña niebla que parece haber invadido el pueblo entero. Lo realmente terrible, sin embargo, es que parece haber algo en esa niebla capaz de acabar con la vida del que se atreva a adentrarse en ella.

La película intenta jugar con dos amenazas: una es externa, y consiste en las criaturas que esperan fuera para acabar con los sufridos ciudadanos. La otra es interna, y se basa en la división entre dos grupos claramente diferenciados: los que siguen a David, más prácticos y cerebrales; y los que siguen a la sra. Carmody (Marcia Gay Harden), una fanática religiosa que cree que el Apocalipsis ha llegado, y sólo puede resolverse aplacando la sed de sangre divina con sacrificios humanos.

El problema es que Darabont, no sé yo si intentando compensar ambas tramas, evita que se genere suficiente tensión en cada una, ya que se interrumpen continuamente. Además, la evolución de los hechos a veces resulta algo ridícula: al principio, todo el pueblo odia a Carmody; después el prota se echa una cabezadita, y al despertar se encuentra con que todos quieren irse a Waco.

Otro punto que no está a la altura esperable son los efectos visuales. Lucen bien entre la niebla, sí, pero a plena luz «se les nota el cartón», aunque parece que esto también entraba dentro de los planes del director, interesado en darle un aspecto más cercano a la serie B que a una superproducción.

Los actores varían entre lo decente a lo horrible (ay, ese Thomas Jane), pero hay que hacer un punto y aparte para Marcia Gay Harden. Su personaje es auténticamente infame, y yo no sé hasta qué punto ella lo ha hecho peor, pero es posible que sólo Jar Jar Binks haya aunado más deseos en una sala de cine de verle perecer de la forma más horripilante posible.

Con todo, La Niebla de Stephen King juega sobre un valor seguro que siempre suele dar buenos resultados. Ya sea la oscuridad, el fondo del mar o como en este caso, una densa niebla, la incapacidad de ver más allá de nuestras propias narices es sin duda un temor primigenio que estimula la imaginación y que, en buenas manos, es más efectivo que cualquier monstruo que puedan mostrar en pantalla. Lástima que Darabont se haya perdido un poco ante la falta de visibilidad.

Valoración: regular.

Ficha en IMDb.

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Iron Man

4 05 2008

ironmanTítulo original: Iron Man.
Nacionalidad: USA.
Año: 2008.
Duración: 126 min.
Dirección: Jon Favreau.
Guión: Mark Fergus, Hawk Ostby, Art Marcum y Matt Holloway; basado en los personajes creados por Stan Lee, Larry Lieber, Don Heck y Jack Kirby.
Intérpretes: Robert Downey Jr. (Tony Stark/Iron Man), Terrence Howard (James Rhodes), Jeff Bridges (Obadiah Stane), Shaun Toub (Yinsen), Gwyneth Paltrow (Virginia «Pepper» Potts), Faran Tahir (Raza), Jon Favreau (Hogan).
Producción: Avi Arad y Kevin Feige.
Música: Ramin Djawadi.
Fotografía: Matthew Libatique.
Montaje: Dan Lebental.
Diseño de producción: J. Michael Riva.

¡Albricias! Al fin una película de superhéroes sin héroe atormentado ni terribles conflictos internos. Y no es porque el bueno de Tony Stark no los haya tenido, ojo, sobre todo con el noble arte de empinar el codo, sino porque, con buen tino, los guionistas han preferido centrarse en el aspecto más lúdico del tema superheroico.

Así, se nos presenta al multimillonario playboy Tony Stark (Robert Downey Jr.), un fabricante de armas hipermegadestructivas de ultimísima tecnología, bastante cínico e irresponsable, que durante una demostración para el ejército de su nuevo invento, el misil Jericó, es secuestrado por un grupo de insurgentes afganos para obligarle a construir dicha arma. Usando sus conocimientos sobre tecnología, es capaz de escapar, y decide poner fin a la creación de armas, cosa que asombra a su secretaria/»chica para todo» Pepper (Gwyneth Paltrow) y desconcierta a su socio Obadiah Stane (Jeff Bridges), que no ve con buenos ojos ese cambio de orientación de la empresa: a partir de ahora, Stark se enfrascará en la búsqueda del arma definitiva para proteger a los inocentes.

Desde los primeros instantes de Iron Man, con el convoy militar circulando a ritmo de Back In Black, uno ya intuye el afán de divertimento y diversión con el que ha sido tratado todo. Sólo así, y con el carisma que emana Robert Downey Jr. es posible entender que un personaje de tan dudosa moralidad como Tony Stark caiga bien, e incluso que se pueda comprender su rápida evolución.

Durante el primer tramo de película, el ritmo está tan bien llevado, que ni siquiera uno pone en duda que durante su cautiverio, Stark pueda construir una especie de reactor nuclear en miniatura con poco más que una llave inglesa y un par de piezas de Lego, aunque uno, después de haber visto en acción al Equipo A y a MacGyver, le cuesta sorprenderse ante este tipo de cosas.

En el momento que la trama se vuelve algo más seria, coincidiendo con el final de la puesta a punto de la armadura, la peli pierde algo de fuelle, y da la impresión de que los acontecimientos se precipitan con demasiada celeridad. Esto lo sufren sobre todo personajes como Jim Rhodes (Terrence Howard), que no se sabe muy bien qué pintan en esta entrega (aunque los seguidores de los comics conocen de sobra a Rhodey), y con un enfrentamiento final más flojo y mucho menos espectacular de lo que merece la película.

Como antes queda dicho, Downey Jr. es el alma y motor (guiño) de la peli, y queda claro que no le supone esfuerzo dar vida a un personaje que se pasa media peli reventando cosas y la otra media agarrado al vaso de whisky: tablas en esos aspectos no le faltan (guiño guiño). Jeff Bridges también está bien, aunque al final su personaje se vaya un poco por los cerros de Úbeda. Los demás son simples comparsas, pero nada que moleste demasiado.

Pero no cabe duda de que con Iron Man cualquiera puede pasar un buen rato: el espectador medio disfrutará de sus magníficos efectos, y el divertido personaje que compone Downey Jr.; y el aficionado a la Marvel también se entretendrá cogiendo las pistas y referencias que han ido dejando los guionistas. Para estos últimos espectadores es recomendable que vean la escena final que se oculta tras los créditos, que posiblemente asombre y decepcione a partes iguales.

Valoración: buena.

Ficha en IMDb.

Web oficial en español.